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La grasa en mi cuerpo

La grasa en mi cuerpo

¿Para qué mi cuerpo usa la grasa?

¡Sí! tu cuerpo necesita grasa para su funcionamiento diario, la grasa esencial y no esencial te ayuda para las siguientes funciones:

  • Proteger tus órganos vitales

  • Ayudarte a regular tu temperatura corporal 

  • Almacenar nutrientes 

  • Proveerte con energía 

Nota: la de grasa almacenada se le llama tejido adiposo.

3 tipos de grasa corporal:

  1. Grasa subcutánea: también conocida como grasa blanda es la más fácil de reducir encontrada bajo la piel. Se ha identificado que este tipo de grasa es muy común en las áreas de la cadera, los muslos y los glúteos. Y si es típicamente más alta en las mujeres.

  2. Grasa visceral: también conocida como la grasa dura ubicada entre los órganos. Esta es la que se localiza mayormente en el abdomen y tiene la función de proteger a tus órganos. Como ya sabes es una bastante obstinada que no deja a tu cuerpo tan rápido. También es la que amenaza a tu salud cuando su acumulación es excesiva.

  3. Grasa intermuscular: la encontrada entre las fibras musculares y tiende aumentar con los años (por eso tan importante el ejercicio de fuerza para mantener tu masa muscular).

La grasa y sus funciones en tu cuerpo:

Primero,  tenemos la grasa parda con su función termogénica, en otras palabras te ayuda a regular la temperatura corporal, encontrada en mayor cantidad cuando eres  una bebe y va menguando a medida que envejeces. Segundo,  tenemos la grasa blanca que su función es metabólica y es usada como energía en tu cuerpo cuando la reserva de glucógeno (glucosa en hígado y músculo) es agotada. 

% de grasas recomendadas en tu cuerpo

La grasa esencial utilizada para tus funciones fisiológicas son de un 3-12% de tu peso corporal. Añadiendo a la grasa no esencial (tejido adiposo), la que almacenamos se recomienda que sea de 16-28% de tu peso corporal. La reserva y necesidad de grasa corporal es mayor en mujeres por nuestros procesos hormonales.

Un % mayor de 28-30 puede significar una amenaza para tu salud, especialmente si tu acumulación de grasa es mayormente en la zona del abdomen, conocida como la grasa dura.

¿Qué puede estar saboteando tu pérdida de grasa?

  1. Alto consumo de comidas procesadas: este tipo de comidas aportan a tu cuerpo muchos endulzantes, preservativos, y/o aditivos con poco o ningún valor nutricional estimulando tu insulina (creando el riesgo de enfermedades metabólicas) y aumentando la acumulación de grasas.

  2. Bajo consumo de proteínas: un consumo equilibrado e ideal es de .8 a 1 g por kilo de peso.

  3. Alto consumo de grasas trans y saturadas: quieres asegurarte que tu consumo de grasas saludables (aguacate, nueces, semillas) es 30 a 40% de tu dieta y que provienen de alimentos completos porque son más denso en nutrientes. Por ejemplo, el aguacate en vez de el aceite de aguacate. Esto te ayuda a minimizar la estimulación de la insulina lo que evita la acumulación de grasas. También tiene propiedades antiinflamatorias.

  4. Bajo consumo de carbohidratos fibrosos (AKA vegetales sin almidón): no importa qué tipo de dieta sigas el enfoque siempre debe ser en una variedad de vegetales de diferentes colores y texturas porque son densos en nutrientes y son tus multivitaminas diarias.

  5. Pensar que necesitas comer frecuentemente: en especial si tienes un desequilibrio hormonal, estudios de la medicina funcional dicen que el consumo frecuente de pequeñas comidas aumenta la estimulación de insulina. Es importante que te detengas a identificar tu hambre y si le provees a tu cuerpo 2-3 comidas densas en nutrientes y de forma balanceadas puedes lograr la pérdida de grasa y equilibrar tus hormonas.

  6. Haces mucho cardio: hacer actividades cardiovasculares son muy importante en tu diario. Ahora solo enfocarte en eso no es lo más eficiente. Tienes que incluir 2-3 rutinas de fuerza y crear rutinas de intervalos que te permita el estrés metabólico que estimula la quema de grasa. No te preocupes que yo me encargo de crear ese buen balance en tus rutinas.

  7. Poco o ningún manejo del estrés:  hacer pausas durante el día para meditar, respirar, y detener ese cerebrito que está a mil es importante para regular el cortisol (la hormona del estrés). El estrés es normal y una respuesta de tu organismo que ocasiona problemas cuando no se puede regular y siempre está en el pico eterno. Estudios revelan que números elevados de cortisol en tu cuerpo toma la glucosa guardada y la pone en la sangre. Lo que hace que suba los niveles de glucosa y estos se van a la reserva de grasa.

  8. Poco o pobre descanso: tienes que dormir al menos 7 horas de tu día. Cuando duermes tu organismo se renueva, recarga y repara. Permitiendo balancear los procesos y crear los cambios que quieres en tus hábitos saludables en general

¿Cuál piensas es el más que está saboteando tu visión en estos momentos?

Importante: Toda información brindada en este artículo es con la intención de informar y educar basado en estudio de diferentes investigaciones en cuanto al tema de en general. 
Como entrenadora, coach y asesora de nutrición no puedo prescribir o recetar ningún tipo de dietas. Tampoco identificar o diagnosticar ningún tipo de enfermedad. Te exhorto la búsqueda de un profesional de salud, dietista o nutricionista para mayor para personalizar tu nutrición y/o tratamiento.
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